OBJETIVOS:
- comprender la necesidad del control voluntario de la conducta
- favorecer habilidades de pensamiento divergente para la búsqueda de soluciones
DURACIÓN: aproximadamente cinco minutos
NIVEL: a partir de dos años
ÁREAS RELACIONADAS: Ciencias Naturales (Función de relación),
DESARROLLO
DESARROLLO
Podemos aprovechar la sesión de Naturales en la que hablamos del Sistema Nervioso Central y la función de relación.
Nuestro cerebro es el encargado de manejar nuestros pensamientos, de encargar todas aquellas acciones que queremos hacer. Es quien maneja nuestras emociones. Nuestro cerebro funciona como un frasco de purpurina. Si tenemos muchos pensamientos, queremos hacer muchas cosas a la vez, sentimos una emoción intensamente... la información viaja de forma incoherente. La información choca entre sí y se produce el caos.
(presentamos el frasco de purpurina y lo agitamos. A continuación lo dejamos sobre la mesa)
Cuando hay caos, no hay orden. Cuando no hay orden, no podemos pensar con claridad y no somos capaces de concentrarnos en las cosas importantes y reaccionamos de forma descontrolada: nervios, malas respuestas, chillamos, nos cansamos, nos frustramos...
¿Qué ocurre, si dejo el frasco sobre la mesa quieto? Como veis, las partículas de purpurina, se calman. Hay claridad. Hay armonía. Hay tranquilidad.
Con armonía y tranquilidad podemos pensar mejor. Cuando estamos relajados pensamos mejor.
El frasco de purpurina, ha necesitado un tiempo para relajarse. Nuestro cerebro también necesita tiempo para relajarse y debemos dárselo cuando nos sentimos así: nerviosos, enfadados, agobiados, agitados, angustiados... Por ello, presentamos esta técnica.
Cada vez que precises relajarte y aclarar tus ideas, observa el frasco. Date tiempo. Controla tu respiración y observa como la purpurina se tranquiliza. Nota como tu cuerpo, se relaja a la vez que lo hace la purpurina.
Puedes incluir este objeto en tu rincón del bienestar. Te ayudará a sentirte mejor.
EL FRASCO DE LA CALMA Aula de CUATRO AÑOS
A raíz de una rabieta de un niño en la entrada al aula, el
grupo clase trabajamos en asamblea y decidimos realizar un tarro con poderes
mágicos dónde acudir en momentos en los que necesitemos clama y tranquilidad,
“El Tarro de la Calma”.
Preparamos los materiales y entre todos lo elaboramos.
·
1 frasco de plástico, para
evitar accidentes, transparente con tapa
·
3 o 4 cucharaditas de
purpurina del color que quieras
·
1 gota de colorante
alimentario (lo hay de varios colores. Es opcional para darle más color al
bote)
·
Agua caliente
·
Pegamento con purpurina (es
para hacer más concentrado el líquido de dentro del bote)
Mezclamos todos los ingredientes dentro del tarro dejando un dedo de aire
para que el contenido se mueva cuando sea agitado.
El pegamento con purpurina transparente se usan para que existan
fluidos de diferentes densidades, y que la purpurina descienda de diferente
forma y velocidad.
Todos querían participar y vivenciar la experiencia en primera persona.
Le buscamos un sitio para guardarlo, como era de esperar, salió el rincón de
bienestar. Y a partir de ahí automáticamente cuando surge una situación
parecida, son ellos mismos los que piden permiso o proponen su uso a otros.
Al finalizar la actividad hemos aprendido a ser capaces de:
- Aprender estrategias para relajarnos.
- Fomentar el autocontrol de la conducta impulsiva.
- Desarrollar la capacidad de conocer, expresar y manejar las emociones.
- Controlar la agresividad, analizando adecuadamente las situaciones y responder con autocontrol.
¡Felicidades
chicos!