Actividad de Educación Responsable. Fundación Botín.
En primer lugar, hemos leído la historia de Arión y su lira. Entre todos hemos
resumido la historia, centrándonos en los detalles principales. A continuación,
hemos hablado de la forma de ser de Arión, razonando por qué todo el mundo lo
quería. Los niños han dicho que Arión era buena persona porque ayudaba a los demás y porque le gustaba
mucho la música.
Después hemos hablado de las diferentes emociones y lo que
sentían los personajes de la historia. Hemos resaltado que Arión era simpático y que “caía bien” a todo el
mundo, que era optimista (explicando
a los niños lo que significa ser una persona optimista, ya que no lo sabían).
También hemos hablado de la envidia
de los marineros, de las cosas malas que le hacían a Arión por envidia y de las
consecuencias de sus actos (iban a la cárcel por haber hechos cosas tan malas
como robar e intentar matar a Arión). De la tristeza con la que cantaba Arión cuando lo quieren tirar al mar,
de la alegría de sus paisanos cuando
lo ven llegar al puerto y del enfado
de estos con los marineros que le habían intentado hacer daño. Por último,
hemos hablado de la admiración que
sus amigos sentían por Arión, de por qué lo querían tanto, y de la compasión de Arión que iba por la noche
a cantar en la puerta de la cárcel para consolar a los marineros encerrados.
Por último, hemos hecho dos juegos. El primero
consistía en representar con gestos y sonidos mensajes que el profesor les
transmitía. Elena tenía que expresar que estaba muy cansada, Eilías tenía
sueño, Alejandro tenía mucha hambre, Daniela estaba aburrida, Yasmine estaba
contenta, A Elías “algo” le daba mucho asco, Iker le decía a “alguien” que se
fuera, Pablo le decía a una persona que la quería mucho, José Manuel estaba
triste, Adam estaba tranquilo, Doha estaba enfadada y Ana estaba muy alegre.
El segundo juego consistía en formar dos círculos
concéntricos. Los niños en el círculo interior mirando hacia fuera y los niños
en el círculo exterior mirando hacia dentro. Mientras sonaba la música los
corros tenían que girar en sentido opuesto. Cuando esta cesaba, tenían que
seguir las instrucciones del profesor, representado con su compañero de
enfrente lo que el profesor decía, por ejemplo, “estoy triste”, “estoy cansado”,
“te quiero” o “somos amigos”, entre otras cosas.
Hemos finalizado la actividad hablando de la importancia de
reconocer los sentimientos de las personas para poder ayudarles y de la
importancia de expresar nuestros sentimientos para que los demás puedan
comprender cómo nos sentimos.