María,
maestra de Audición y Lenguaje, ha realizado esta actividad de regulación emocional en nuestro
aula de 3 años.
Se ha
desarrollado en tres sesiones distintas.
En una primera sesión les contamos el cuento de
Ana Llenas “El monstruo de colores, el doctor de las emociones”. Explicamos que
a veces nos sentimos raros o raras y no sabemos expresar qué nos pasa. Para que
el alumnado comprenda las emociones que sentimos dentro de nuestro cuerpo
hacemos un experimento. En un vaso con un poquito de agua vamos echando
colorante (amarillo de alegría, rojo de enfado, azul de tristeza y negro
para el miedo). Mientras mezclábamos los colores,, l@s alumn@s imitaban las
caras emocionales y explicamos que todas las emociones son legítimas.
Una vez hecha la mezcla que va tomando un color muy oscuro de la mezcla, la metimos en un recipiente de cristal y metimos una vela encendida dentro, la cual les ayuda a entender que empezamos a SENTIR. Con un tarro de cristal que previamente hemos rociado con un poco de colonia, tapamos la vela, y el agua, con el lío emocional entra dentro del tarro. Para finalizar la sesión y ante la pregunta ¿cuando os sentís rar@s, qué os calma? Respondieron "un abrazo", y terminan dándose abrazos.
Posteriormente, con la tutora, en unas siluetas pegan gomets de colores localicen en la parte del cuerpo que ellos sientan las emociones trabajadas.
En la siguiente sesión continuando con el mismo cuento comenzamos a elaborar nuestro botiquín emocional de la clase.
Elaboramos un frasco de la calma entre todos y le echan pompones de
colores, ella echa purpurina, …y agitamos.
Vemos
como nuestro cerebro al estar enfadado se agita como el frasco y esperando un
poco el agua se va limpiando quedando todo abajo y volvemos a la calma. Lo observamos
con la luz de la linterna del móvil.
En una
tercera sesión continuamos viendo en el cuento como el doctor va
rellenando su botiquín. Vemos cosas que nos producen calma para ir rellenando
el botiquín además del frasco de la calma, como una bola de algodón de colores,
hacer burbujas con un pompero, oler plantas aromáticas o la flor, una esponja… Seguiremos
completando nuestro botiquín y lo adornaremos.
Terminamos
con un abrazo para calmarnos.