Actividad de Lectura, música y emociones, Ed. Responsable. Fundación Botín
El libro: Nadarín es un pez pequeño e indefenso que vive
en el mar y que teme como el resto de los pececillos la fuerza de su peor
enemigo, el gran atún. Nadarín tendrá que idear un plan ingenioso para escapar
de sus fauces. El pez grande se come al pequeño: esta máxima solo puede
romperse con imaginación. Nadarín, el protagonista del libro, encuentra en la
solidaridad la respuesta a sus problemas. «Pero el mar estaba lleno de
maravillosas criaturas, y mientras nadaba de asombro Nadarín volvió a ser
feliz. Vio una medusa de gelatina arco iris...».
Un día apareció el “Mago
de la Palabra” a leerles el cuento y después lo dramatizamos. Los niños y niñas
se convierten en pececillos que van nadando por el mar que representamos por
una tela azul que vamos moviendo con distintos grados de intensidad y así ellos
van “nadando”a diferentes ritmos: mar en calma, oleaje, fuerte oleaje, se
separan, se juntan, … qué viene el pez grande y todos corren a esconderse en
las rocas. Como no pueden salir por miedo al atún, les proponemos que naden
todos juntos simulando que son un pez todavía más grande. Mientras acompañamos
de una melodía marina y también utilizamos el palo de lluvia.
Otro día sacamos caracolas y todo tipo de conchas, estrellas de mar, una caja de arena…”oímos el mar” en las caracolas, aprendemos una cancioncilla de Nadarín a la que le ponemos música de otra canción (“Yo tengo un avión de papel”, de Andrés Meseguer y la acompañamos de la percusión de conchas… En otra sesión posterior la acompañamos de mímica y de percusión con instrumentos.
Nadarín es un pez chiquitín,
que nada rápido y feliz.
Atún fiero llega hasta allí,
y de un bocado, deja solo a Nadarín.
Nadarín
triste no quiere vivir.
Medusa lo
hace sonreír.
Y con sus amigos, todos juntos,
al miedo van a poner fin.
En otra sesión posterior preparamos con nuestra seño de apoyo, Josefina, una representación del cuento con marionetas. Es un vehículo estupendo para dar voz a las emociones y escuchar varias respuestas al mismo conflicto, así como una buena herramienta para la resolución de conflictos, ofreciendo la posibilidad de buscar soluciones a problemas simulados, reconociendo que la búsqueda de las mismas puede ser algo divertido y creativo.
Puedes pinchar aquí para ver el vídeo.
Y empezamos a
realizar nuestro mural de Nadarín, durante varias sesiones. Vamos pintando de
azul el fondo y con impresión de blondas y corchos hacemos las algas…La medusa
la hacemos con papel celofán y la roca con trocitos de papel rasgado.
Cada niño o niña
pinta dos pececitos rojos pequeños y formamos con ellos un pez grande con el
ojo negro, el pez “Nadarín”.
Nuestro rincón marino nace como un
espacio de creación e interacción que fortalece los vínculos afectivos entre los
alumnos, y recordaremos cómo los pececitos se enfrentaron a sus miedos y todos
juntos lo vencieron y cómo siempre podremos encontrar una gran roca en la que
podernos refugiar y que si algo nos asusta el valiente Nadarín nos dará fuerza
y valor mientras navegamos un rato junto a él por nuestro fondo marino.
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