jueves, 25 de mayo de 2017

MINDFULNESS, JUEGOS DE RESPIRACIÓN, 3 y 4 años.



      En la última sesión de seminario, nuestra  ponente de Mindfulness, Inma  LLopis, nos trajo un precioso libro: “Respira” de Inés Castel-Branco, de la editorial “Pequeña Fragmenta”. En dicho libro se nos propone, a modo de cuento,  una serie de actividades para centrar la atención en la respiración.

      En el aula de 3 años al entrar del patio hacemos mindfulness después de los hábitos de higiene.  Con objetivo de centrar la atención en la respiración hemos hecho el juego de “inflar el globo”. Les decimos a los niñ@s que en las manos tienen un globo (imaginario) y vamos soplando haciéndose el globo progresivamente más grande, hasta que explota.  Mientras les pedimos que observen como soplan, fuerte o flojo, como respiran…


               

               

       Otro día hicimos la actividad “oler la flor”, los niñ@s sostienen una flor imaginaria en la mano, y la acercamos a la nariz para olerla. Le vamos diciendo, mientras mantienen los ojos cerrados, que imaginen como es su flor, de qué color, cómo se llama su flor… y cuendo la huelen, observar cómo es la respiración, qué fuerza hacemos al inspirar…
  Mientras les pedimos que observen como soplan, fuerte o flojo, como respiran…


                 En 4 años, la psicomotricidad  la sesión se ha estructurado en tres partes:
  •          Inicio: despertar el cuerpo.
  •          Parte central:  actividades, juegos, escenificaciones, ritmo, circuitos…
  •          Vuelta a la calma o relajación.

Nos vamos a centrar en la última parte y vamos a describir cómo han  trabajado los niñ@s de  este aula la vuelta a la calma a través de la respiración y un barco de papel sobre la barriguita.
Les dijimos a los niños que se tumbaran, pusieran su barquito sobre la tripita y que imaginaran que el barquito estaba navegando sobre las olas del mar. La actividad fue muy motivadora, consiguiendo que los niños y niñas estuvieran en silencio observando como el barquito se movía mientras respiraban.
Al acabar la actividad se llevaron los barquitos a casa para observar su respiración cuando se encontraran  nerviosos o les costara dormir.       
































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