Nos gusta utilizar el tarro de la
calma como actividad de autocontrol. Parece mágico ver cómo la purpurina flota
en el líquido cuando se agita. Nuestros niños y niñas se quedan embobados. Les
explicamos que en nuestro cerebro pasa algo parecido, (ver vídeo “Solo respira”) y cuando la purpurina se posa en el fondo, el
líquido se queda transparente y en calma
es similar a nuestro cerebro después de respirar, quedando tranquilo.
Este curso la seño María, de audición
y lenguaje, vino a la clase de 5 años con su tarro de la calma y le comentamos
que teníamos que reponer el nuestro. Dejádmelo y veréis, nos dijo.
Otro día apareció con Alejandro, alumno de 5º de Primaria y nos trajo una gran sorpresa: Un nuevo tarro de la calma, de color fucsia. Lo había hecho él y además nos traía las instrucciones. Todos los niños y niñas de 5 años se lo agradecieron muy ilusionad
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