Es evidente la dificultad que tienen hoy en día los niños y niñas para escuchar cuando se les habla, de ahí la importancia de hacerles partícipes de momentos en los que ellos sientan en primera persona cómo se sienten cuando los ignorados son ellos
Se trata de trabajar no sólo una norma fundamental del respeto “al otro” sino de empatizar con las personas que te rodean y que quieren decirte algo.
Para ello hemos dividido la clase en grupos de tres. Uno tendría el rol de hablar; otro de escuchar y un tercero que se convierte en observador. Se les da dos consignas: la primera, no se habla hasta que no sea tu turno y la segunda, a una señal dada, el que escucha debe cambiar su actitud de atención a mostrarse ajeno y aburrido a lo que está escuchando.
Cuando acaba el tiempo establecido, unos dos minutos, el observador hará una valoración de las conductas adoptados por los otros dos tanto en un caso como en otro.
Finalizada la actividad, que acompañamos con fotografías, el alumnado se conciencia de las siguientes conclusiones:
- Cuando alguien nos habla es fundamental mirarle a los ojos.
- Cuando somos conscientes de que no nos hacen caso, nos ponemos más nerviosos, se rompe el hilo de la comunicación, nos quedamos en blanco… e intentamos buscar la mirada o el contacto con otra persona. En esta actividad han recurrido al observador.
- Tenemos que esforzarnos en empatizar con los demás para tener una respuesta básica de una de las normas fundamentales para la convivencia.
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