La tolerancia a la frustración
Los fracasos y las frustraciones son algo
normal en la vida de las personas. Es fundamental que durante su
desarrollo los niños aprendan a superar
estos aspectos de manera constructiva.
Como
educadores debemos enseñar a los niños y niñas a enfrentarse a aquellas
situaciones en las que se han equivocado y aquellas en las que no se consigue
lo que uno quiere.
Debemos
ver la frustración y los errores como parte de la vida, y por lo tanto es
nuestra responsabilidad hacer que los más pequeños estén preparados para ello.
La
tolerancia a la frustración se logra mediante pequeños pasos que se dan a lo
largo del tiempo.
Pautas
para evitar el fracaso y la frustración en los niños.
-
Cambia la
manera de ver los fracasos
-
Haz que
haga las cosas por sí mismo
-
Poner metas y objetivos razonables
-
Respetar los ritmos de trabajo y exigencia
- Evita la sobreprotección y el exceso de permisividad
-
Enséñale
que en toda situación de fracaso puede haber algo positivo
-
No
refuerces la rabia como respuesta a la frustración
-
Haz de
ejemplo para los niños y niñas
-
Educa en
el esfuerzo pero marcando objetivos razonables
-
Razona
con él sobre sus errores y fracasos
Aprender
a tolerar la
frustración desde pequeños permite que los niños puedan enfrentarse de forma
positiva a las distintas situaciones que se les presentarán en
la vida.
Cuando
un objetivo, deseo o una ilusión no se cumplen, los adultos -y también los
niños- experimentan en mayor o menor medida una serie de emociones como el enfado, la tristeza, la angustia, la ansiedad, etc. Tolerar la frustración
significa ser capaz de afrontar los problemas y limitaciones
que nos encontramos a lo largo de la vida, a pesar de las molestias o
incomodidades que puedan causarnos. Por lo tanto, se trata de una actitud y,
como tal, puede trabajarse y desarrollarse.
En la etapa infantil, los niños suelen pensar que el mundo gira a su
alrededor, que lo merecen todo y que consiguen al momento lo que piden. No saben esperar porque no
tienen desarrollado el concepto del tiempo ni la capacidad de pensar en los
deseos y necesidades de los demás. Intentar complacer siempre
a los niños y evitar que se sientan frustrados ante cualquier situación no
favorece su desarrollo integral como persona.
Ante la
frustración, hay que enseñar a los niños formas positivas de hacer frente a
estos sentimientos adversos. Para ello, se pueden utilizar distintas
estrategias:
-
Enseñarle técnicas de relajación
-
Enseñar a identificar el sentimiento de frustración
cuando aparezca
-
Enseñar al niño cuándo debe pedir ayuda
-
Representar papeles
-
Reforzar las acciones apropiadas del niño
-
Modificar la tarea
En
resumen, cabe recordar que la frustración forma parte de la vida. Aunque no se
puede evitar, se puede aprender a manejarla y superarla, y aumentar de esta
forma la tolerancia a la misma. Aprender a tolerar la frustración facilita que nos
enfrentemos con éxito a la vida.
Fuentes: www.orientapeques.blogspot.com.es
www.escuelaenlanube.com
www.educapeques.com
PRÁCTICA DE
AULA
JUEGO: GANAMOS O PERDEMOS
- ¿A quién va dirigido? Niños de 4 años
- ¿Qué queremos conseguir? Enseñar a los niños a afrontar el error
y la frustración.
- ¿Por qué? Los fracasos y frustraciones son sentimientos normales
en la vida de las personas, por ello como educadores debemos enseñar a los
niños/as a enfrentarse a aquellas situaciones en las que se han equivocado y a
aquellas en las que no se que consigue lo que desean. Debemos tratar de
enseñarles que los errores forman parte de la vida, y por lo tanto es nuestra
responsabilidad hacer que los más pequeños estén más preparados para ello.
- ¿Cómo lo vamos a trabajar? En la asamblea, sentados formando un
círculo y guardando un orden. En el centro de la asamblea hay una bolsa cerrada
y dentro unas pelotas de ping-pong amarillas y blancas. A una orden dada por la
maestra, un niño/a meterá la mano en la bolsa sin mirar y sacará una pelota. Si
es de color blanco, el niño/a gana y recibirá de sus compañeros/as un aplauso.
Si es de color amarillo, el niño pierde y recibe de sus compañeros un “Ohhh”:
A continuación reflexionaremos
con los alumnos sobre los sentimientos que han tenido en el momento de sacar la
bola y la reacción de sus compañeros.
- Evaluación de la actividad. Consistirá en comprobar, tras las
observaciones y anotaciones, las caras y reacciones de los niños y ayudarles a
que puedan superar progresivamente y a través de más actividades y tareas en el
día a día, el sentimiento de intolerancia al error y frustración.