Primero
trabajamos actividades de respiración para relajarnos . Inspiramos muy
lentamente, dejando que entre el aire por nuestros pulmones y nuestro abdomen.
Nos pusimos la mano en nuestra barriga y vimos cómo se va convirtiendo en un
globo que se va hinchando a un ritmo lento, después íbamos dejando escapar el
aire y sintiendo cómo el globo se va desinflando poco a poco hasta quedar
vacío.
Después,
repartimos un globo a cada niño o niña. Comencé
dando ejemplos de situaciones cortas que pueden sacar de quicio. La
actividad consistía en ir hinchando el globo, con una
buena bocanada de aire, cada vez que nos sentimos incapaces de controlar
algunas de las situaciones.
El
primero que reviente el globo será al que más situaciones le hacen ponerse
nervioso.
Por
ejemplo, las situaciones pueden ser:
- Acabo de darme cuenta que he perdido mi estuche de la suerte-
- Mi hermano me saca la lengua cuando me riñen a mí por algo que ha hecho él y encima mis padres no se dan cuenta.
- Me culpan de haber hablado en un control. ¡Yo no he sido!
- Alguien se ha comido la tableta de chocolate y me miran todos a mí.
- Mi hermano ha cogido mi camiseta favorita. ¡La lleva puesta!
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